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Inversiones inmobiliarias de renta corta ganan adeptos

Inversiones inmobiliarias de renta corta ganan adeptos

21/05/2025
Maryella Faratro
Inversiones inmobiliarias de renta corta ganan adeptos

El mercado inmobiliario tradicional ha experimentado una transición significativa en los últimos años, pero nada tan disruptivo como la consolidación de la renta corta como una estrategia de inversión. En 2025, este modelo sobresale por ofrecer un equilibrio entre flexibilidad y rentabilidad que cautiva tanto a propietarios como a gestores profesionales. Los cambios en el turismo, el auge de los nómadas digitales y la digitalización de procesos han convergido para impulsar una demanda creciente de alojamientos temporales.

A diferencia de los alquileres convencionales, donde los contratos se extienden por meses o años, la modalidad de estancias breves abre la puerta a dinámicas de ingresos fluctuantes pero potencialmente superiores. Adoptada con fuerza en América Latina y otras regiones, esta tendencia redefine por completo la forma de entender la propiedad inmobiliaria.

Según datos sectoriales, la ocupación media en destinos turísticos alcanzó un 75% durante 2024, un aumento significativo en comparación con el 60% reportado hace cinco años. Plataformas tecnológicas como Airbnb y Booking no solo han conectado a propietarios y viajeros, sino que han facilitado análisis de rentabilidad en tiempo real y optimización de tarifas. Esto ha transformado un pasatiempo de anfitrión en una industria con estándares profesionales y altos niveles de competencia.

El auge de la renta corta en 2025

Para 2025, las inversiones inmobiliarias de renta corta experimentan un crecimiento exponencial. Según informes de organizaciones sectoriales, el volumen de alojamientos registrados en plataformas digitales aumentó un 30% a nivel global en los últimos dos años. En América Latina, mercados como México, Colombia y Chile destacan por un crecimiento cercano al 40%, impulsado por políticas de promoción turística y nuevas regulaciones más favorables.

El turismo interno ha vivido un renacimiento: familias y parejas redescubren destinos locales, mientras las grandes ciudades ofrecen experiencias culturales y gastronómicas que atraen visitantes de múltiples nacionalidades. Además, el dragón de la rentabilidad se alimenta del trabajo remoto. Se estima que para finales de 2025 habrá más de 15 millones de nómadas digitales en todo el mundo, un 20% más que en 2023, que demandan residencias temporales completamente equipadas y conexas.

Esta combinación de factores ha consolidado el arrendamiento de corta estancia como una de las tendencias inmobiliarias más sólidas y dinámicas de la década, permitiendo a propietarios diversificar y escalar sus carteras con mayor agilidad.

Perfil de los inversores y usuarios

El inversor que se suma a la renta corta suele ser un individuo o grupo con orientación hacia la diversificación y la innovación. Busca enfocar su capital en activos tangibles que ofrezcan ingresos sostenibles y mayor flexibilidad. A diferencia de quienes optan por el alquiler tradicional, estos inversores asumen un rol más activo: supervisan la calidad del mobiliario, actualizan regularmente las amenidades y gestionan la reputación online de sus propiedades.

Por su parte, los usuarios finales abarcan un amplio espectro demográfico:

  • Turistas que prefieren alojamientos personalizados, con características únicas y atención directa.
  • Nómadas digitales, un segmento que creció un 25% en la Ciudad de México entre 2020 y 2024.
  • Viajeros de negocios, que valorizan ubicaciones estratégicas y servicios ejecutivos.
  • Familias y jóvenes afectados por el déficit habitacional de más de 600,000 viviendas, que optan por estancias temporales cómodas.

Este mix de perfiles garantiza un flujo constante y diversificado de ocupación, minimizando riesgos asociados a un único tipo de huésped.

Ventajas y desafíos para los inversores

A pesar de los retos, la renta corta presenta múltiples ventajas. Entre ellas, mayores ingresos potenciales durante temporadas altas, cuando las tarifas pueden duplicar o triplicar el costo de un alquiler mensual convencional. La flexibilidad para disfrutar de la propiedad en periodos vacacionales sumada a la posibilidad de ajustar precios en tiempo real permite optimizar la rentabilidad final.

Sin embargo, este modelo requiere asumir responsabilidades adicionales. Los costos operativos asociados a servicios de limpieza, mantenimiento y reposición de suministros pueden representar hasta un 15% de los ingresos brutos. La gestión de reservas exige una atención permanente al huésped, así como capacidad para resolver imprevistos con rapidez.

Además, la regulación varía notablemente según la jurisdicción. En Chile, por ejemplo, la exención de IVA solo aplica a inmuebles de interés social (DFL2), mientras que en otras ciudades se implementan licencias obligatorias y limitaciones al número de días de alquiler al año. Una planificación fiscal adecuada y asesoría legal se vuelven puntos críticos para la viabilidad de la inversión.

Para enfrentar estos desafíos, muchos inversores contratan administradores profesionales o recurren a plataformas que ofrecen servicios integrales. Esta profesionalización eleva la calidad del servicio y reduce la carga operativa, aunque implica una comisión que oscila entre el 15% y el 25% de los ingresos por reserva.

El papel de la tecnología y la profesionalización

La transformación digital es el pilar de la renta corta moderna. Proptechs especializadas ofrecen soluciones automatizadas para cada etapa del arrendamiento, desde el análisis de mercado hasta la firma de contratos y la gestión del feedback de los huéspedes. La adopción de inteligencia artificial y machine learning permite prever picos de demanda y ajustar precios al instante.

  • Herramientas de análisis que simulan tasas de rentabilidad futuras.
  • Plataformas de tokenización que abren la inversión a múltiples participantes.
  • Check-in y check-out automatizados mediante cerraduras inteligentes.
  • Gestión centralizada de reseñas para mantener una alta reputación online.

Asimismo, el surgimiento de marketplaces secundarios posibilita revender fracciones de propiedades, facilitando la liquidez del inversor. Estos cambios han llevado a que la renta corta deje de ser una actividad amateur para transformarse en un sector competitivo y profesionalizado.

Proyecciones y oportunidades futuras

Las perspectivas para la renta corta de cara a finales de 2025 son prometedoras. Se anticipa una mayor demanda en destinos emergentes de América Latina, gracias a inversiones en infraestructura turística y mejoras en conectividad. Al mismo tiempo, las ciudades consolidadas continuarán diversificando su oferta, impulsando nichos como el coliving y el multifamily.

Un factor diferencial será la sostenibilidad: propiedades certificadas bajo estándares LEED o EDGE no solo atraen a un público sensibilizado con el medio ambiente, sino que se rentan hasta un 20% más rápido y con menor rotación. La transparencia en la información energética y de materiales será un elemento de venta clave.

  • Expansión de mercados secundarios de inversión fraccionada.
  • Crecimiento de coliving y multifamily en zonas urbanas densas.
  • Adopción de estándares de sostenibilidad como ventaja competitiva.
  • Automatización integral que reduzca costos operativos.

En comparación con instrumentos financieros como ETF o bonos, la renta corta ofrece ingresos periódicos y plusvalía a largo plazo, aunque exige un mayor grado de gestión activa y adaptación a cambios regulatorios.

Para quienes desean involucrarse, es indispensable evaluar el mercado local y la normativa vigente, diseñar un plan de gestión integral y establecer alianzas con administradores profesionales para garantizar procesos eficientes y una experiencia satisfactoria para los huéspedes.

La diversificación de cartera, unida a la innovación tecnológica, convierte a la renta corta en una alternativa sólida para inversores que buscan rentabilidad atractiva con flexibilidad y exposición a mercados dinámicos.

En conclusión, las inversiones inmobiliarias de corta estancia no solo responden a tendencias de consumo y de digitalización, sino que representan un modelo de negocio adaptable en un entorno económico cambiante. Con el enfoque adecuado, es posible aprovechar esta ola de crecimiento y construir una cartera inmobiliaria robusta y preparada para el futuro.

Maryella Faratro

Sobre el Autor: Maryella Faratro

Maryella Faratro