La presencia de mujeres al frente de startups ha cobrado una relevancia histórica. En las últimas dos décadas, la actividad emprendedora femenina se ha disparado un 76% a nivel global. Este crecimiento demuestra el talento y la determinación de miles de emprendedoras dispuestas a cambiar las reglas del juego.
Pese a estos avances, la brecha de acceso a fondos permanece como un gran obstáculo. Solo el 20% del capital riesgo llega a startups con mujeres fundadoras, y los equipos íntegramente femeninos reciben apenas el 1% de las inversiones. Superar este desequilibrio es clave para impulsar la innovación y la equidad.
Emprender identifica oportunidades y necesidades del mercado. Mientras el 42% de las mujeres lanza proyectos por carencias concretas, el 48% de los hombres lo hace por un impulso personal. Esta diferencia revela que muchas emprendedoras actúan movidas por un propósito real y social.
En España, el porcentaje de startups fundadas exclusivamente por mujeres ha crecido del 6% en 2022 al 10% en 2024. En Latinoamérica, el 37% de las empresas emergentes tiene al menos una mujer en puestos C-Level. Estas cifras muestran un movimiento imparable hacia la igualdad.
Las fundadoras destacan en nichos estratégicos:
Dos de cada cinco startups lideradas por mujeres tienen un enfoque exportador, y un tercio de ellas alcanza crecimiento acelerado en mercados internacionales.
A pesar de las señales positivas, la financiación con sesgo de género aún limita el potencial de las emprendedoras. En 2024, solo el 20% del venture capital global se destinó a proyectos con fundadoras, mientras que los equipos exclusivamente femeninos representaron apenas el 1% de las operaciones.
Esta disparidad en la inversión contrasta con un escenario en el que el dinero con propósito e impacto demanda nuevos proyectos comprometidos con la diversidad.
Numerosos estudios revelan que los equipos diversos obtienen mejores resultados financieros y creativos. La presencia femenina en C-Level aporta perspectivas distintas y enriquecedoras en la toma de decisiones.
Al incorporar la mirada femenina, las startups:
Estos beneficios reflejan que la diversidad de género en equipos no es solo un valor ético, sino un motor de sostenibilidad.
Para romper la brecha, surgen iniciativas globales y locales:
Estas acciones impulsan el acceso al capital y ofrecen mentorías, networking y visibilidad internacional.
En Madrid, una startup de eHealth desarrolló una app para seguimiento de pacientes crónicos, liderada por un equipo exclusivamente femenino. En Latinoamérica, una foodtech gana reconocimiento por su innovación en proteínas vegetales.
Además, el programa de un gobierno local incrementó un 25% el número de emprendedoras consolidadas tras 42 meses. Estos ejemplos demuestran cómo la colaboración público-privada y comunitaria es esencial para el éxito.
Aún queda camino por recorrer. Solo una de cada 16 emprendedoras consolida su negocio más de 42 meses, frente a una de cada 10 en el caso masculino. Persisten barreras en visibilidad, acceso a redes y financiación.
Para cambiar esta realidad, es vital:
La combinación de estas estrategias creará un ecosistema más equitativo y sólido.
Las startups con impacto femenino están redefiniendo el panorama emprendedor. Atraer fondos de diversidad no solo corrige injusticias históricas, sino que impulsa la innovación y el crecimiento sostenible.
Con el apoyo de la sociedad, inversores y gobiernos, las mujeres emprendedoras avanzan con paso firme hacia un futuro donde la talento femenino sean el estándar, no la excepción.
Referencias