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La ciberseguridad se vuelve prioridad en finanzas digitales

La ciberseguridad se vuelve prioridad en finanzas digitales

15/04/2025
Maryella Faratro
La ciberseguridad se vuelve prioridad en finanzas digitales

En un mundo donde las transacciones y servicios bancarios dependen cada vez más de la red, proteger los sistemas financieros es esencial. Este artículo explora estadísticas, amenazas, tecnologías y estrategias que definirán la seguridad digital en 2025.

Panorama actual y cifras clave

Los datos más recientes revelan una escalada alarmante de ataques: entre 2018 y 2022, los incidentes en el sector financiero se duplicaron a nivel global. Se estima que el coste global relacionado con ciberataques podría superar los 20.000 millones de euros anuales en 2025.

En España, más de 120.000 incidentes de ransomware se registraron en 2024, y la tendencia apunta a un aumento continuo. Además, el 43% de las pymes han sufrido alguna brecha de seguridad, lo que subraya la urgencia de mejorar defensas en todos los tamaños de organización.

Amenazas emergentes en 2025

La complejidad y personalización de los ataques aumenta. Tres vectores principales concentran las mayores preocupaciones:

  • Ransomware: con téc­nicas de cifrado avanzadas y extorsión basada en publicación de datos. El modelo de Ransomware como Servicio permite a delincuentes sin experiencia lanzar ataques sofisticados.
  • Phishing avanzado: campañas dirigidas y simulaciones cada vez más realistas, capaces de engañar incluso a personal formado.
  • Vulnerabilidades en IoT: dispositivos conectados en sucursales y cajeros automáticos amplían la superficie de ataque.

Regulación y cumplimiento: la era de DORA

El Reglamento Europeo de Resiliencia Operativa Digital (DORA) ha entrado en vigor en 2025, estableciendo normas estrictas para bancos, aseguradoras, plataformas y entidades de pago. Estas obligaciones incluyen:

  • Gestión de riesgos tecnológicos con evaluaciones periódicas.
  • Notificación obligatoria de incidentes en plazos cortos.
  • Pruebas de resiliencia mediante simulaciones y ejercicios de recuperación.

El objetivo es garantizar la estabilidad del sistema financiero y reforzar la confianza de los usuarios, evitando efectos dominó en caso de brechas graves.

Tecnologías clave para fortalecer la defensa

La innovación es la primera línea de defensa frente a ataques cada vez más sofisticados. Tres áreas tecnológicas destacan:

  • Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático: permiten supervisión automatizada para detectar fraudes en tiempo real y responder con rapidez.
  • Blockchain y tokenización: aseguran la rastreabilidad de transacciones y protegen datos críticos frente a manipulaciones.
  • Criptografía post-cuántica: prepara los sistemas para resistir futuros ataques provenientes de computadoras cuánticas.

Además, los chatbots avanzados y los sistemas de análisis predictivo mejoran la gestión de impagos y la personalización de servicios de seguridad.

Retos organizacionales y adaptación cultural

Implementar tecnología y cumplir normativas no basta sin una cultura interna comprometida con la seguridad:

  • Brecha de talento: el agotamiento y la escasez de especialistas siguen presionando a los equipos.
  • Descentralización digital: integrar gestión colaborativa del riesgo entre departamentos es imprescindible.
  • Supervisión gubernamental: la privacidad y protección de datos exigen controles adicionales y auditorías externas.

Las organizaciones que fomenten la formación continua, el bienestar de sus profesionales y la colaboración interdisciplinaria estarán mejor preparadas para anticiparse a incidentes.

La ciberseguridad como ventaja competitiva

Más allá de la mitigación de fraudes, la seguridad digital se convierte en un factor clave para la reputación y la confianza del cliente. Instituciones que demuestren robustez y transparencia atraerán nuevas oportunidades de negocio y reforzarán la fidelidad de sus usuarios.

Las fintechs, por su flexibilidad y enfoque innovador, lideran modelos de gestión de riesgos y personalización de servicios. Adoptar soluciones avanzadas y cultivar una cultura de prevención puede ser la base de una ventaja competitiva claramente diferenciadora.

En definitiva, la ciberseguridad en finanzas digitales no es un gasto, sino una inversión estratégica. A través de la combinación de normativa, tecnología y cambio cultural, el sector puede enfrentar los desafíos de 2025 con confianza y resiliencia.

Maryella Faratro

Sobre el Autor: Maryella Faratro

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