La pandemia cambió de manera irreversible la forma en que las cadenas de suministro operan en todo el mundo. Tras meses de incertidumbre y disrupciones, el sector logístico se levanta con fuerza, decidido a transformar cada desafío en una oportunidad de crecimiento.
Este artículo explora cómo el entorno post-crisis está generando un renovado ciclo de inversiones que promete impulsar innovación, resiliencia y competitividad en la logística global y regional.
Según una encuesta realizada en el XXXI Encuentro de ARLOG, un 82% de las empresas logísticas prevé invertir en 2025, pese a una caída del consumo del 12% en el periodo previo. Este optimismo refleja un cambio de mentalidad: dejar de ver la crisis como un freno y convertirla en un catalizador de modernización.
Las áreas de inversión principales incluyen ampliación de espacios, equipamiento y digitalización. Actualmente, el 75% planea ampliar instalaciones, casi la mitad en nuevas sedes; el 73% destinará recursos a equipamiento; y el 51% enfocará su presupuesto en tecnología de almacenamiento, robotización, automatización e inteligencia artificial. Asimismo, un 61% prevé aumentar su plantilla de empleados en el corto plazo, fortaleciendo su capital humano para asumir los nuevos desafíos.
La tabla siguiente resume estas cifras y permite visualizar de forma clara las prioridades:
El principal motor de este empuje es el repunte esperado en importaciones, comercio electrónico y actividades extractivas. El e-commerce ya representa el 20% del comercio minorista, generando una demanda de soluciones de última milla altamente eficientes.
La industria logística está experimentando una transición profunda: el modelo de ultraeficiencia global da paso a uno centrado en la resiliencia y la cercanía al mercado. Esta transformación se define por:
Un informe de McKinsey revela que el 72% de las empresas globales planifica relocalizar operaciones antes de 2025, buscando mayor control y menor riesgo ante futuras disrupciones.
La tecnología es el corazón de la transformación. La adopción de inteligencia artificial y automatización permite prever la demanda con alta precisión, optimizar rutas y reducir costos operativos. Empresas que aplican IA pueden recortar gastos hasta un 15% y elevar su eficiencia hasta un 35%, según McKinsey.
La robotización de almacenes, el uso de vehículos autónomos y la implementación de sistemas de gestión inteligente de inventarios se han convertido en prioridades claras para el 2025. Estas innovaciones no solo mejoran tiempos de entrega, sino que también aumentan la seguridad y calidad de los servicios.
Aunque el escenario es prometedor, persisten retos en materia de costos y complejidad operativa. La decisión entre relocalización, diversificación o aumento de inventarios conlleva un análisis riguroso de riesgos y beneficios:
No existe una única fórmula ideal; cada empresa debe sopesar contexto económico, perfil de riesgo y horizonte de crecimiento para definir su estrategia óptima.
En el sector de alimentos y logística de frío, un destacado ejemplo es la inversión de USD 50 millones en un nuevo centro logístico en Argentina. Este proyecto responde a cambios en los hábitos de consumo, con mayor foco en productos frescos y comercio de cercanía.
Las Pymes agroindustriales, que conforman un porcentaje significativo del sector en América Latina, están aprovechando estos desarrollos para integrarse a cadenas de suministro regionales más ágiles y seguras, generando empleo y dinamizando economías locales.
La nueva normalidad logística demanda visión de largo plazo y alineación con tendencias globales. Para capitalizar el impulso inversor, las compañías deben:
Solo así podrán adaptarse a un mercado que exige cadenas más cortas, ágiles y seguras, capaces de responder con rapidez a cualquier disrupción.
Las inversiones en logística post-pandemia no solo reflejan una recuperación, sino un salto evolutivo hacia un futuro donde la tecnología, la sostenibilidad y el capital humano se combinan para crear sistemas de suministro verdaderamente resilientes. El momento de actuar es ahora: las empresas que sepan anticiparse y adaptarse se posicionarán como líderes en un entorno cada vez más competitivo y cambiante.
Referencias