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El coworking se posiciona en ciudades secundarias

El coworking se posiciona en ciudades secundarias

12/10/2025
Yago Dias
El coworking se posiciona en ciudades secundarias

En los últimos años, el coworking ha dejado de ser una tendencia exclusiva de grandes urbes como Madrid o Barcelona para abrirse paso en ciudades de segundo nivel. Este fenómeno, impulsado por cambios en la manera de trabajar y el auge de la economía digital, ha encontrado en enclaves como Málaga, Valencia o Sevilla un terreno fértil para su consolidación. Lejos de la saturación y los precios elevados de las capitales, estos espacios ofrecen alternativas atractivas que han transformado el paisaje laboral y creativo de muchas regiones.

Mientras las grandes metrópolis continúan acumulando proyectos y profesionales, surge una corriente que busca el equilibrio entre calidad de vida y productividad. Este artículo explora las claves de la transformación de entornos laborales en ciudades secundarias, analizando cifras, retos y oportunidades que configuran un escenario de crecimiento sin precedentes.

Crecimiento y expansión más allá de las metrópolis

El impulso del coworking en España no se limita a las grandes áreas metropolitanas. Ciudades como Málaga, Valencia, Alicante y Sevilla presentan niveles de ocupación superiores al 90% en sus espacios de coworking, un indicador de la demanda sólida y constante que existe fuera de los grandes núcleos. Este auge responde, en gran parte, a la búsqueda de soluciones flexibles y asequibles por parte de empresas emergentes, freelancers y proyectos internacionales.

La oferta, de hecho, está diversificándose. Barcelona lidera con 447 espacios y Madrid con 349, pero un segundo bloque de ciudades vislumbra un crecimiento notable: Valencia cuenta con 81 pilares de coworking, Málaga con 61, Sevilla con 53 y Alicante con 45, según datos recientes. Además, territorios como Islas Baleares y A Coruña suman 38 espacios cada uno, mientras que Granada y Las Palmas de Gran Canaria rondan entre 23 y 25 instalaciones.

El incremento de metros cuadrados dedicados a coworking es un claro reflejo de esta expansión. Se ha pasado de 100.000 m² en 2012 a 791.000 m² en 2023, fruto de un crecimiento orgánico en el sector que parece lejos de frenarse. A continuación, una visión más detallada por ciudades y provincias:

Aunque las provincias de Madrid y Barcelona superan los 230.000 m² cada una, el verdadero dinamismo se percibe en otras regiones que hasta hace pocos años no figuraban en los mapas del coworking. Esta tendencia revela que el modelo es robusto y puede adaptarse a distintos contextos urbanos.

Perfiles de usuarios y nuevas tendencias

La demanda de coworking ha evolucionado junto con los hábitos laborales. La consolidación del teletrabajo y el incremento de proyectos freelance ha dado lugar a nuevos perfiles que buscan espacios flexibles y dinámicos. Entre ellos destacan los nómadas digitales, profesionales capaces de trabajar desde cualquier lugar del mundo gracias a la conectividad y la economía digital.

Se estima que para 2025 existirán entre 40 y 80 millones de nómadas digitales en el mundo, muchos de los cuales apuntan a destinos alternativos fuera de las metrópolis. Estos usuarios valoran menor coste de vida y calidad urbana y conectividad como factores decisivos para fijar su base temporal en lugares de menor tamaño.

Por su parte, autónomos locales y startups regionales encuentran en estos espacios una plataforma para el networking y el desarrollo de ideas. La presencia de eventos profesionalizantes, talleres de formación y actividades comunitarias refuerza la percepción de un ecosistema vivo, donde la colaboración y el intercambio de conocimientos son la moneda de cambio.

Algunos operadores han experimentado con formatos mixtos que integran días de coworking flexible, oficinas privadas y zonas comunes para actividades puntuales. Este enfoque versátil permite adaptarse a las necesidades específicas de cada colectivo, desde pequeños equipos de trabajo hasta profesionales que requieren un lugar puntual para reuniones o presentaciones.

Casos de éxito en ciudades como Vigo o Zaragoza demuestran que, con la estrategia adecuada, es posible atraer empresas tecnológicas y proyectos de I+D para conformar un auténtico clúster de innovación.

Oportunidades y retos en ciudades secundarias

El desarrollo del coworking en ciudades de segundo nivel trae consigo un abanico de posibilidades, pero también desafíos que requieren soluciones creativas y una planificación cuidadosa. Para aprovechar al máximo este impulso, conviene tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Generación de polos creativos regionales que atraen talento.
  • Impulso a ecosistemas emprendedores locales mediante eventos y colaboraciones.
  • Menor presión inmobiliaria y costes adaptados al tejido productivo.
  • Integración del territorio con servicios turísticos y culturales.

Sin embargo, no todo es sencillo. Muchos proyectos en localidades de menos de 25.000 habitantes han tenido que cerrar ante la gestión de expectativas e inversión que supone mantener espacios de primera calidad. La baja densidad de usuarios y la falta de tradición coworking son retos que exigen estrategias claras de posicionamiento y fidelización.

Algunos de los principales desafíos incluyen:

  • Retención de talento en entornos rurales o menos poblados.
  • Alineación entre oferta y demanda real, evitando vacíos prolongados.
  • Coordinación con administraciones locales para obtener apoyos e incentivos.
  • Adaptación constante de servicios a las necesidades cambiantes de los usuarios.

Superar estos obstáculos permite consolidar modelos sostenibles y replicables en otras regiones. La clave reside en la flexibilidad de la oferta, la cercanía con los usuarios y la capacidad de generar comunidad.

En este sentido, la colaboración entre operadores, agentes públicos y asociaciones locales se ha convertido en un factor determinante. El éxito de proyectos colaborativos, ferias de empleo y jornadas de innovación demuestra que el coworking puede ser mucho más que un espacio físico: es un punto de encuentro para el talento regional y global.

La tendencia apunta a una diversificación aún mayor, con la incorporación de servicios adicionales como incubación de startups, asesoramiento legal y financiero, o la creación de fondos de inversión específicos para impulsar iniciativas regionales. De este modo, el coworking en ciudades secundarias no solo satisface la demanda de espacio de trabajo, sino que se convierte en un motor de desarrollo económico y social.

En conclusión, la consolidación del coworking en entornos no metropolitanos representa una oportunidad única para reequilibrar el mapa laboral y productivo de España. Con una adecuada planificación y cooperación público-privada, estos espacios seguirán creciendo, favoreciendo la descentralización y la innovación en regiones que buscan su momento de impulso y reconocimiento.

El futuro del coworking en ciudades secundarias es prometedor. A medida que aumente la digitalización y la deslocalización del trabajo, estas localidades contarán con una red de espacios modernos y eficientes, listos para recibir a profesionales de todo el mundo que elijan calidad de vida sin renunciar a los beneficios de un entorno colaborativo.

Este movimiento de coworking en ciudades secundarias supone un llamado a la acción para inversores, emprendedores y responsables públicos. Impulsar iniciativas, compartir experiencias y fomentar alianzas será crucial para que el coworking se consolide como un catalizador de crecimiento sostenible y de largo plazo en toda España.

Yago Dias

Sobre el Autor: Yago Dias

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