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El interés por fondos verdes crece año tras año

El interés por fondos verdes crece año tras año

21/06/2025
Maryella Faratro
El interés por fondos verdes crece año tras año

La inversión consciente y responsable se ha convertido en un pilar fundamental para quienes buscan combinar rentabilidad financiera con el bienestar del planeta. En los últimos años, los fondos verdes y los bonos sostenibles han escalado posiciones dentro de las carteras globales, demostrando que la sostenibilidad ya no es una tendencia pasajera, sino una estrategia de largo plazo.

Evolución histórica del interés en sostenibilidad financiera

La historia reciente del financiamiento verde muestra un crecimiento vertiginoso. En 2016, las ventas globales relacionadas con la sostenibilidad alcanzaban los 17 billones de dólares. Para 2024, esa cifra escaló a 27 billones, un incremento que refleja tanto la urgencia climática como el atractivo económico de proyectos alineados con criterios ambientales.

La emisión global de bonos verdes, sociales y sostenibles (GSS) superó el billón de dólares en 2024, marcando la segunda vez que se alcanza esta meta histórica tras 2021. Solo los bonos verdes representaron 563.000 millones de dólares, equivalentes al 58 % del total GSS. Desde 2012, la emisión acumulada supera los 5,5 billones, un indicador de la confianza creciente en estos instrumentos.

Factores que impulsan el crecimiento

Detrás de este auge, existen potentes motores que canalizan el interés de inversores institucionales y particulares:

  • Conciencia ambiental globalizada: La presión social y la exigencia de transparencia han elevado la demanda de productos financieros verdes.
  • Regulación y marcos internacionales: Iniciativas como el TNFD (Taskforce on Nature-related Financial Disclosures) promueven estándares claros para reportes de sostenibilidad.
  • Retorno financiero competitivo: Los vehículos verdes han demostrado rendimientos atractivos, desafiando la creencia de que lo ecológico sacrifica beneficios.
  • Iniciativas multisectoriales y alianzas: La colaboración público-privada facilita el desarrollo de proyectos de gran escala con menor riesgo.

Mecanismos e instrumentos financieros verdes

El ecosistema de financiamiento sostenible se ha diversificado, ofreciendo alternativas adaptadas a distintos perfiles de riesgo y horizonte de inversión:

  • Bonos verdes: Etiquetados para financiar proyectos medioambientales como energías renovables o reforestación.
  • Bonos sociales y sostenibles: Destinados a iniciativas con impacto social y medioambiental combinado.
  • Fondos híbridos público-privados: Instrumentos que combinan aportes estatales y privados, reduciendo costos y riesgos.
  • Fondos de capital natural: Invierten en conservación y restauración de ecosistemas, reconociendo el valor de la biodiversidad.

Enfoque regional y proyecciones a futuro

Aunque Asia Pacífico lidera actualmente el mercado global de bonos verdes, América del Norte se perfila como la región con mayor crecimiento en los próximos años. En América Latina, México y Chile muestran avances significativos:

En México, el número de inversionistas en fondos creció un 400 % en cinco años, alcanzando 31 millones de personas. En Chile, los proyectos de infraestructura hídrica resiliente suman más de 1.262 millones de dólares en financiamiento del Fondo Verde para el Clima, beneficiando a comunidades vulnerables.

Las proyecciones globales para el mercado de bonos verdes estiman un valor de 943.190 millones de dólares en 2029, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 9,12 %. Estos datos apuntan a un horizonte de expansión sostenida.

Innovación tecnológica y nuevos modelos de gobernanza

La tecnología juega un rol crucial en la evolución de los fondos verdes. Plataformas de monitoreo remoto basadas en satélites y herramientas de blockchain mejoran la trazabilidad de los recursos, garantizando información confiable y accesible. Esto fortalece la credibilidad de los emisores y fomenta colaboración multisectorial y transparencia en cada etapa del proyecto.

Además, el reconocimiento del valor del capital natural impulsa gobiernos y empresas a adoptar enfoques integrados. La valoración económica de servicios ecosistémicos permite tomar decisiones informadas bajo el principio de doble materialidad, alineando objetivos financieros y ambientales.

Desafíos y oportunidades futuras

Aunque el crecimiento ha sido notable, persisten retos que demandan soluciones creativas y colaborativas:

  • Financiamiento insuficiente para comunidades vulnerables: Es esencial canalizar recursos hacia quienes más dependen de los ecosistemas locales.
  • Integración de criterios ambientales en la toma de decisiones: Muchas empresas aún no internalizan el valor del capital natural.
  • Variabilidad en la clasificación de proyectos verdes: Se requieren estándares comunes para evitar el greenwashing.

Las oportunidades surgen de la capacidad de innovación y de la voluntad política. Nuevos instrumentos financieros, como los bonos de impacto, y la creciente adopción de métricas de desempeño basadas en beneficios ambientales, ofrecen un camino prometedor.

El camino hacia una inversión regenerativa

El auge de los fondos verdes no solo responde a una demanda de mercado, sino a un compromiso colectivo con el futuro del planeta. Cada dólar invertido en proyectos sostenibles contribuye a restaurar ecosistemas, proteger la biodiversidad y generar bienestar social.

Recorrer este camino implica:

  • Impulsar estrategias de inversión regenerativa que vayan más allá de minimizar impactos.
  • Fomentar la educación financiera en comunidades locales.
  • Promover marcos regulatorios sólidos y estándares globales.

La sostenibilidad económica y ambiental convergen en un horizonte donde la rentabilidad se mide también en la salud del planeta. Es momento de sumarse a esta ola de transformación y apostar por un modelo de inversión que favorezca a las generaciones presentes y futuras.

Maryella Faratro

Sobre el Autor: Maryella Faratro

Maryella Faratro